Respuesta, relato de San Mar Valerio.

Respuesta, de Sar Mar Valerio

Respuesta, relato de San Mar Valerio.

San Mar Valerio dominicana, maestra y lectora, comparte con nosotros  «Respuesta», su primer relato. 

Muchas gracias San por compartir a través de Conexiones de color. Agradezco la oportunidad y confianza.

"RESPUESTA"

San Mar Valerio | Abril 2023

Cinco días para caminar por las calles llenas de recuerdos, y reflexionar sobre los últimos veinte años. Trazar un plan en el cual trabajar durante los próximos seis meses, por lo menos y aunque está muy claro (y más que comprobado) que los planes casi siempre se quedan en eso, en planes, ya que al momento de ejecutarlos algo pasa y los resultados siempre se van a los extremos. No siempre las consecuencias son negativas, pero muy a menudo distintas a lo que esperabas. La parada en la ciudad debería ser solo eso, una espera de 24 horas para caminar y cerrar círculos. ¡Aaah, los planes! Después de visitar la capilla, lo que planee durante el viaje en bus, continúo hasta donde recordé era tu parada. Ahora toca caminar los alrededores de la secundaria y la universidad. Ya acepté que tú no quieres ser parte de mi proceso de cierre. Como no obtuve una respuesta concisa, solo puedo imaginar que no te interesa porque, como dejaste claro tiempo atrás, nunca lo necesitaste. La doctora dijo que no lo imaginé y quiero aferrarme a esa idea. Pero tus palabras tienen más valor. Aunque nunca dijeras “solo pasó en tú mente,” “lo soñaste,” “te enamoraste sola”: Tus actos me lo gritaron en braille. Así que, esta caminata, antes de regresar al aeropuerto para abordar mi vuelo de regreso, no tiene mucho sentido. Antes de irme quiero cenar y disfrutar de mi helado favorito. Espero no regresar por aquí en mucho tiempo. Entro al edificio principal de la universidad, camino por los pasillos y considero entrar en esa cafetería donde tantas veces nos reunimos, pero reconsidero y decido seguir de largo. Paso por la biblioteca, miro las paredes de cristal que me recuerdan que más de una vez fui un pez dentro de esa pecera. Tomo las escaleras eléctricas que me llevan al primer piso, respiro hondo y me preparo para salir por las puertas por las que solía entrar. Justo al tocar el llavín escucho esa voz tan familiar decir “loquita” y mi cuerpo se congela. Mi cerebro vuela a mil por horas. Mi mala suerte no puede ser tanta y mi subconsciente tan hijo de puta para que esto esté pasando. Quiero creer que fue real, pero estoy segura que debe ser mi imaginación. No puede ser posible. Sin embargo, no me atrevo a moverme. Me he quedado agarrada del llavín de la puerta como si fuera mi salvavidas y soltarlo causará que me desplome aparatosamente. Reacciono después de lo que parece una eternidad, aunque en realidad solo fueron segundos. Avanzo hacia la calle, segura de que los recuerdos y la nostalgia me acaban de jugar una broma muy pesada de la cual espero poder reírme en un tiempo. Activo mi lista de música melancólica y subo el volumen de los audífonos. Camino hacia la estación del tren y justo cuanto los acordes finales de “Don’t Speak” de No Doubt suena, siento una mano aferrar mi brazo. Me agarra con la fuerza suficiente para detenerme, pero no me hace daño. Me sobresalto por la sorpresa, giro y en esa milésima de segundo mi cara se transforma en un poema. Lo sé por la expresión que veo en su rostro. ¿Tú? Si lo de la voz fue una broma, esto es una maldad horrorosa. Me mira sin decir nada, obligándome a ser yo quien hable otra vez.  

__¿Qué haces aquí? – es lo único que logró decir. En estos momentos me importa muy poco hacer uso de los buenos modales o educación que he adquirido durante los años. Además de que la sorpresa no me deja reaccionar de otra manera.

__ ¿Me vas a decir que no me escuchaste llamarte antes de salir del edificio? – su tono es nuevo, molesto, y sin una pizca de esa diversión que solíamos disfrutar antes.

__ ¿Fuiste tú?, pensé que lo había imaginado.

__No creí que tu imaginación se mantuviera tan activa__. Su humor por lo visto estaba de maravilla esa tarde.

__Ya. Todavía no me contestas, ¿qué haces aquí?

__Yo vivo de este lado, la que está fuera de lugar eres tú.

__Me voy de viaje. Solo hice escala en la ciudad por unas horas. Voy de camino al aeropuerto.

__ ¿Y eso?, ¿tú por la universidad? __ Esta pregunta no quiero contestarla, todavía no entiendo cómo es que estoy teniendo esta conversación. Específicamente con ella, la razón de mi insomnio, la que abre mis mensajes, pero no los contesta, la que responde mis preguntas con frases hechas que significaban absolutamente nada y que justo ahora he decidido olvidar. Pero, la verdad, no tenía ganas ni ánimos de correr más, así que me sinceré.

__Pasé para despedirme __dije sin más.

__ ¿Despedirte? – la cara de poema ahora la tenía ella.

__Sí, ya no quiero arrastrar sentimientos no correspondidos. Y como los esfuerzos anteriores no dieron resultado decidí darle una oportunidad a este proceso.

__No entiendo nada, María __. ¡Cómo odio que use mi nombre! Y es tan extraño, nunca me he sentido incómoda con él. Pero cuando sale de su boca suena igual que un insulto. Todo mi cuerpo se tensa como si se preparará para un regaño.

__ Me queda algo de tiempo, si quieres nos tomamos algo y te lo explico.

__Vamos.

Nos sentamos en una cafetería cercana que no había visto antes. Imagino que es parte de la modernización del vecindario.

__Es sencillo, nunca pedí más de lo que ya tenía, nunca fui ese tipo de ingenua. Solo quiera escuchar un “no” claro y directo. Un “nunca pasó”, un “no fue así”, un “lamento mucho tu confusión”. Pero no pudiste dármelo. Así que decidí crearlo. Viniendo aquí, viviendo mi duelo y enterrando recuerdos. Pero esta vez, desde lo que entiendo y no desde el miedo. No le temo a sentirme atraída por ti, a pensar que en algún momento actuaste como si me quisieras o te importará, no me molesta saber que cuando me dan ganas de verte y sentirte cerca mi razonamiento retrocede y vuelvo a comportarte como una adolescente. Tengo claro que todo eso sucedió y puede que siga sucediendo, pero espero que solo en pensamiento. Tú ya te vas para no regresar porque así lo decido. Porque no hablé a tiempo y ahora solo queda frío.

__María…

__ Interrumpo la frase porque no quiero escuchar las palabras siempre perfectas que están a punto de salir de tu boca, además de que otra vez comenzaste la frase que es como un insulto y que tanto me incomoda. No necesito que respondas a lo que te acabo de decir. Además, ya necesito irme.

Sin esperar una palabra más, me levanto de la silla, dejo la una cantidad suficiente para cubrir el café y la propina. Sigo mi camino sin volver a mirar atrás. La realidad es que no necesito volver a ver su cara para que ella siga viva eternamente en mi vida.

FIN

Sobre la autora

Respuesta, relato de San Mar Valerio.

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